Para mí la terapia significa despertar del sueño denso y paralizante que te sitúa fuera de la vida, de tu propia vida. Despertar para empezar a tener sueños. Se trata de aprender a desmontar las creencias arraigadas y las percepciones distorsionadas sobre ti mismo para recuperar la autoconfianza y permitirte desear. Mirar hacia el interior produce dolor y alegría porque conectas con tu parte desamparada y con tu potencial que quiere desplegar las alas.